Tótems de seguridad: la alternativa digital que se impone en los edificios y recorta costos

Equipados con cámaras, audio bidireccional y monitoreo remoto, estos dispositivos crecen como opción frente a la seguridad presencial. Qué prestaciones ofrecen, cuánto cuestan y hasta dónde reducen gastos.

Actualidad20/11/2025MERCADOiMERCADOi
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En un contexto donde las expensas pueden representar una parte considerable del costo mensual de una vivienda, los consorcios buscan fórmulas para reducir gastos sin afectar la seguridad. En ese escenario, los tótems de vigilancia electrónica se convirtieron en una alternativa que suma adeptos.

Estos dispositivos, equipados con cámaras, micrófono, parlante y conexión directa con un centro de monitoreo, reemplazan parcialmente la presencia humana y prometen un recorte de hasta un 80% en los costos mensuales de seguridad.

Un ahorro que se refleja en los números

Según estimaciones de empresas del sector, instalar un tótem cuesta entre $1.000.000 y $6.000.000, según el tamaño del edificio, la cantidad de accesos y el nivel de sofisticación tecnológica. Aunque implica una inversión inicial importante, el retorno se percibe rápido. El costo mensual de un vigilador físico ronda los u$s1.000, mientras que el mantenimiento de un sistema electrónico equivale a una fracción de ese monto.

Osvaldo Berretti, director de GIA Seguridad, explicó que los valores para instalar un tótem “rondan el 10% del costo de una seguridad física, lo que lo hace más económico y al mismo tiempo más seguro”. Su empresa ofrece sistemas con control de accesos, cámaras con videoanalítica y asistencia remota permanente. “El edificio queda cubierto y sus habitantes protegidos. Luego pueden sumarse accesorios como sensores o alarmas específicas según la arquitectura y la cantidad de ingresos”, precisó.

Berretti destacó que la seguridad electrónica no genera costos operativos imprevisibles. “Al monitorear en línea y contar con un centro propio, detectamos cualquier anomalía y enviamos asistencia técnica. Además realizamos mantenimiento preventivo todos los meses. No hay sorpresas”, subrayó.

Diagnóstico y servicio a medida

El proceso de instalación incluye una etapa de relevamiento y planificación. “Nuestro equipo comercial realiza un diagnóstico del edificio y elabora un informe técnico. Luego un especialista visita el lugar, confecciona los planos de instalación y el departamento de sistemas configura el equipamiento según lo que requiera el consorcio. Cada edificio tiene un plan a medida”, señaló.

Agregó: “Incorporamos inteligencia artificial a nuestro software propietario y desarrollamos soluciones específicas para edificios de vivienda y oficina. Hoy no hay limitaciones: cada edificio puede contar con un sistema adaptado a su estructura y necesidades”.

Eficiencia sin presencia física

David Loisi, presidente de la Fundación Liga del Consorcista de la Propiedad Horizontal, sostuvo que los tótems se presentan como una opción de menor costo, aunque con limitaciones. “Son percibidos como una alternativa frente a la seguridad presencial, pero sus beneficios son relativos porque no hay nadie físicamente en el lugar. En caso de un incidente, el operador remoto solo puede avisar a la policía o contactar al encargado. De todos modos, es mejor que tener una cámara sin seguimiento”, indicó.

Loisi describió cuatro modelos de seguridad que hoy conviven en los consorcios:

vigilador contratado directamente,
empresa de seguridad con personal propio,
monitoreo remoto con tótems,
cámaras sin control activo.
Sostuvo que los edificios cada vez recurren más a esquemas híbridos, que combinan vigilancia humana en horarios críticos y control remoto el resto del día.

Costos de mantenimiento y la clave del proveedor

Nicolás Gutiérrez, CEO de AyS Alarmas y Soluciones, explicó que el costo anual depende del tamaño del sistema y de la complejidad del edificio. Subrayó que lo esencial es contar con una empresa que realice mantenimiento preventivo sistemático y responda rápido ante fallas. “Tratamos de ofrecer planes adaptados a cada cliente, con seguimiento técnico constante. No todos los proveedores lo hacen”, afirmó.

Señaló que es clave realizar un análisis de riesgo a medida. “Muchos edificios compran soluciones estandarizadas que no se adaptan a su estructura. Eso genera fallas o zonas ciegas. Por eso realizamos un diagnóstico técnico y diseñamos soluciones específicas para cada espacio, considerando conectividad, ubicación y energía eléctrica”.

También destacó la importancia de separar funciones entre empresas. “La firma que instala los sistemas electrónicos no debería ser la misma que presta seguridad física. Es una cuestión de control, transparencia y especialización. Trabajamos de forma complementaria con empresas de seguridad, pero cada rol debe estar claramente definido”.

El avance de la tecnología en los consorcios

Para Jorge Resqui Pizarro, abogado especializado en propiedad horizontal, el crecimiento del sistema responde a la necesidad de reducir costos y a la evolución tecnológica.

“Los tótems ofrecen monitoreo constante e interacción en tiempo real con un operador remoto, lo que genera un efecto disuasorio ante posibles delitos. Además, pueden integrarse con cámaras periféricas, control de accesos y plataformas de administración”, indicó.

Sostuvo que el costo de mantener un tótem es “significativamente más bajo” que el de un servicio presencial. “El ahorro puede alcanzar el 70%. Muchos consorcios adoptan sistemas híbridos, con vigilancia presencial en determinadas franjas horarias y control remoto el resto del tiempo. Se busca equilibrio entre seguridad, servicio y costo”.

No reemplazan la figura humana

Sin embargo, advirtió que la tecnología no reemplaza a una persona: “Un tótem no puede intervenir físicamente ni asistir en una emergencia médica. La presencia humana sigue siendo un factor disuasivo”.

Agregó que existen riesgos asociados a la videovigilancia constante o al reconocimiento facial, que pueden afectar la privacidad. Por ello, insistió en la necesidad de regulación y transparencia en el manejo de datos.

Un cambio cultural en marcha

La expansión de estos sistemas refleja un cambio en la gestión de los consorcios. Los edificios incorporan control digital de accesos y monitoreo remoto 24/7. Cada movimiento queda registrado, lo que facilita la administración de incidentes.

Aun así, la transición no está exenta de resistencias: algunos vecinos prefieren la presencia humana, mientras otros valoran la reducción de expensas y la seguridad continua. Loisi concluyó que “la clave está en elegir un sistema adecuado y un proveedor confiable”.

Para Resqui Pizarro, el desafío es lograr equilibrio: “Lo importante es cuidar a las personas y preservar la convivencia”.

Fuente: Ámbito 

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