Las necesidades cambian con el paso del tiempo. Qué priorizan los jóvenes, las familias y los adultos mayores a la hora de buscar vivienda, y qué aspectos recomiendan analizar los expertos antes de invertir o mudarse.
Actualidad27/11/2025
MERCADOi
La elección de una vivienda varía según la etapa de la vida y las necesidades de cada persona. Los jóvenes priorizan unidades modernas con amenities, terrazas y espacios pet friendly (propiedades o edificios que admiten mascotas y cuentan con servicios pensados para ellas). Los adultos mayores, en cambio, buscan comodidad, accesibilidad y tranquilidad, con ascensor, ambientes amplios y seguridad.
En la mediana edad, hasta los 55 años, muchos compradores apuntan a viviendas funcionales que incluyan un ambiente extra para oficina o estudio. Las generaciones más jóvenes valoran áreas bien conectadas con transporte público y cercanas a polos gastronómicos y culturales. En el caso de los mayores, pesa la cercanía a servicios esenciales y la facilidad de desplazamiento, por eso prefieren zonas con comercios y buena infraestructura.
Para quienes buscan una propiedad a largo plazo, los especialistas recomiendan evaluar el potencial del entorno: la evolución del barrio, la expansión comercial y los accesos determinan la revalorización futura del inmueble. También influye la presencia de servicios o personal de mantenimiento, especialmente en edades avanzadas, cuando se valora contar con asistencia ante imprevistos.
Los expertos inmobiliarios coinciden en que antes de tomar una decisión es fundamental definir prioridades y medir el costo total: precio, impuestos, expensas, mantenimiento y reparaciones. No conviene actuar por impulso.
El asesoramiento profesional resulta clave: un agente inmobiliario puede revisar documentación, tasación y aspectos legales. También se aconseja evaluar el estado del inmueble y dejar constancia fotográfica al momento de la firma, para evitar conflictos posteriores. Las expensas y responsabilidades deben quedar claramente establecidas en el contrato.
Las familias con hijos valoran ambientes amplios, ventilación cruzada, buena orientación y cercanía a colegios. En tanto, los adultos mayores priorizan accesos cómodos, servicios de salud y zonas seguras. Entre los jóvenes que adquieren su primera vivienda, las tipologías más elegidas son los monoambientes —entre 27 y 37 m²— y los departamentos de dos ambientes —entre 37 y 55 m²—. En ese segmento, la posibilidad de reventa o cambio futuro pesa tanto como el precio inicial.
Antes de comprar o alquilar, los expertos recomiendan inspeccionar el inmueble junto a un profesional para detectar posibles fallas estructurales o vicios ocultos. La revisión de cañerías, instalaciones eléctricas, carpinterías y aislaciones térmicas puede evitar gastos mayores a futuro.
También es importante analizar la proyección de la zona: tipo de propiedad, perfil del barrio, accesibilidad, servicios, oferta educativa o médica, y potencial de reventa. La orientación, ventilación y luz natural son factores decisivos para la habitabilidad y el valor del inmueble.
En definitiva, una elección bien analizada evita costos innecesarios y mejora la calidad de vida. Según los especialistas, el comprador actual busca equilibrio entre inversión, funcionalidad y bienestar. No se trata solo de adquirir una propiedad: importa proyectar cómo se quiere vivir los próximos años y elegir en consecuencia.
Fuente: Ámbito
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