El auge del “flex living”: una nueva forma de habitar que combina flexibilidad, servicios y comunidad

El flex living —o alquiler flexible— es una tendencia habitacional que se presenta como una alternativa al arrendamiento tradicional. Propone contratos más cortos, servicios integrados y una experiencia comunitaria adaptada a estilos de vida cambiantes. Este modelo está pensado para quienes necesitan alojarse por períodos temporales, desde unas semanas hasta varios meses, sin comprometerse con contratos extensos ni pagar elevadas fianzas.

Arquitectura25/11/2025MERCADOiMERCADOi
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Según especialistas del sector inmobiliario, el flex living está diseñado para ajustarse a las necesidades de cada persona, especialmente en contextos urbanos donde la oferta de vivienda es limitada y los precios del alquiler resultan altos. Se trata de un formato que combina flexibilidad, practicidad y conexión social.

Cómo funciona el flex living

El sistema permite elegir la duración de la estadía y acceder a un espacio totalmente equipado sin las obligaciones de un alquiler convencional. Su funcionamiento se asemeja al del coliving, ya que combina áreas privadas con zonas comunes, tales como cocinas compartidas, salas de estar, coworking, gimnasios o terrazas, además de ofrecer servicios incluidos como limpieza, mantenimiento, internet, suministros y seguridad.

Entre sus principales ventajas, los portales inmobiliarios destacan:

Flexibilidad para adaptar tiempos y ubicaciones.
Servicios centralizados que simplifican la gestión del alojamiento.
Vida en comunidad, con actividades sociales y espacios de interacción.
Agilidad administrativa, al contar con una única factura mensual que incluye todo.
En muchos casos, el flex living resulta más accesible que un hotel y más práctico que un alquiler tradicional, ya que concentra los servicios y evita trámites extensos.

A quién está dirigido

El público objetivo de este formato son los nómadas digitales, jóvenes emprendedores, profesionales en movimiento y directivos que requieren alojamiento temporal por motivos laborales o personales. En general, se dirige a personas con poder adquisitivo medio-alto, que priorizan la comodidad y la posibilidad de adaptarse con rapidez a nuevos entornos.

El flex living también resulta atractivo para quienes trabajan de manera remota y buscan entornos que combinen vivienda, trabajo y comunidad en un mismo lugar.

Diferentes modalidades dentro del flex living

Bajo esta tendencia conviven distintas fórmulas de alojamiento, entre ellas:

Apartamentos amueblados: viviendas totalmente equipadas para estadías cortas o medianas.
Edificios con espacios de coworking: permiten combinar alojamiento y trabajo en un mismo lugar.
Viviendas compartidas: pensadas para grupos de profesionales o estudiantes que comparten gastos y zonas comunes.
Coliving: espacios que promueven la convivencia y el networking entre residentes.
Cohousing: viviendas privadas con áreas compartidas, orientadas a la colaboración y el bienestar.
Multiliving: proyectos híbridos que integran vivienda, ocio y trabajo.
Senior living: opciones adaptadas a adultos mayores, con servicios y tecnología asistencial.
Una tendencia global en expansión

El flex living forma parte de una transformación más amplia del mercado inmobiliario, que busca responder a nuevas formas de habitar impulsadas por la movilidad laboral, el trabajo remoto y la digitalización.

Este modelo no pretende reemplazar la vivienda permanente, sino ofrecer una alternativa temporal y versátil a quienes valoran la independencia, los servicios incluidos y la posibilidad de integrarse en comunidades dinámicas.

En definitiva, el flex living representa una evolución del concepto de alquiler: espacios flexibles, conectados, con servicios integrados y pensados para una vida moderna y en movimiento.

Fuente: Infobae 

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